El Santos Laguna parece haber tocado fondo en la Leagues Cup 2025. En la jornada 2, enfrentaron a un Seattle Sounders que no tuvo piedad y se llevó la victoria 2-1. La falta de liderazgo, la falta de reacción y un claro sentimiento de frustración terminaron desbordando a los jugadores albiverdes, quienes, en la última jugada del partido, vivieron una pelea interna que refleja la tensión en el vestuario.
Un partido que comenzó mal y terminó peor
El Santos Laguna no comenzó nada bien, con un gol en contra de Haret Ortega al minuto 8. Un autogol que reflejó la descoordinación y falta de concentración del equipo. A pesar de la oportunidad de redimirse tras una jugada en la que el árbitro marcó una pena máxima y una roja directa a Javier Güémez, la tecnología del VAR anuló ambas decisiones, pero la suerte no estaba del lado de los Guerreros.
Héctor Holguín fue el único que intentó mantener a flote al equipo, salvando su arco en múltiples ocasiones, incluida una gran intervención al minuto 39. Sin embargo, la primera mitad pasó sin que Santos demostrara capacidad para contrarrestar a un Seattle claramente superior.
El último minuto de desesperación
Cuando parecía que Santos lograría al menos un empate, el árbitro dio el silbatazo final con los Guerreros perdiendo 2-1. ¿Qué ocurrió en ese momento para que el descontento estallara entre los jugadores? Todo comenzó con una decisión muy criticada por el resto del equipo. En los últimos segundos del partido, Kevin Balanta optó por tomarse su tiempo en lugar de intentar jugar al frente y arriesgar un último ataque.
En ese preciso momento, cuando ya no había tiempo para más, Franco Fagundez decidió encarar a Balanta, culpándolo de no haber tomado la decisión correcta en una jugada que podría haber cambiado el destino del partido. El enfrentamiento fue tan intenso que tuvo que intervenir Javier Güémez para calmar los ánimos y evitar que la situación se desbordara aún más.
Falta de respuestas y frustración total
La situación muestra mucho más que una simple disputa entre compañeros. Este tipo de incidentes refleja una clara falta de química en el vestuario y la incapacidad de los líderes del equipo para responder en momentos cruciales. Santos Laguna simplemente no tiene respuesta cuando se trata de momentos importantes en partidos trascendentales como este.
Aunque Kevin Palacios y Cristian Dájome intentaron ser la solución tras ingresar como sustitutos, el equipo careció de profundidad y fuerza mental para lograr revertir el marcador. Georgie Minoungou amplió la ventaja para Seattle con un gol que parecía sellar la victoria. La expulsión de Minoungou por doble amarilla fue un pequeño consuelo, pero ya no había tiempo para aprovechar esa ventaja.
El verdadero problema de Santos Laguna
Lo que realmente preocupa a los aficionados y analistas del fútbol mexicano es que Santos Laguna no ha mostrado un cambio real en su actitud y enfoque. Francisco Rodríguez, el técnico, sigue buscando soluciones, pero no logra encontrar la fórmula para hacer que su equipo funcione como una unidad cohesionada. En la última jugada del partido, la pelea entre Fagundez y Balanta demostró que la presión y la frustración ya han alcanzado a los jugadores.
La falta de comunicación en el campo, las decisiones equivocadas y la actitud de algunos jugadores están minando la moral del equipo. Es difícil no ver cómo Santos sigue siendo el mismo equipo inconstante que no sabe cómo reaccionar en situaciones de alta presión. Este último incidente es solo un síntoma más de la falta de cohesión en el vestuario.
¿Qué sigue para Santos Laguna?
El próximo enfrentamiento de Santos Laguna será contra el LA Galaxy el próximo 7 de agosto, en lo que parece ser la última oportunidad para que el equipo muestre carácter y recupere algo de confianza en la Leagues Cup 2025. Sin embargo, con los ánimos tan alterados, la pregunta que todos se hacen es: ¿Santos podrá recomponer el rumbo o esta pelea interna será el principio de su caída?
En resumen, Santos Laguna sigue sin levantar cabeza. La victoria parece estar siempre fuera de su alcance, y los errores continúan ocurriendo en momentos cruciales. La falta de decisiones acertadas y la constante frustración podrían llevar a los Guerreros a una temporada llena de más problemas de los que los aficionados podrán soportar.