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Los aficionados santistas esperaban con ansia la tarde de este jueves, luego de vivir la hazaña realizada por los Guerreros para vencer a Tigres el pasado domingo. Por este motivo, los fuertes rayos del sol no evitaron la movilización de los fanáticos a tempranas horas en el Estadio Corona.
Para demostrar su unidad con el Club Santos, el número de camisetas amarillas disminuyó notablemente en comparación con anteriores encuentros frente al América y el estadio se pintó de verde y blanco.
Para este partido, la directiva exhortó a los aficionados a entonar el grito de “Seis se puede” en los minutos 16, 26 y 36 de ambos tiempos. Para realizar esta dinámica, cada aficionado encontró en su lugar una pancarta para realizar un mosaico.
El estadio reventó eufórico con la anotación de Osvaldo Martínez, posterior a eso se levantó el mosaico y entre todos entonaron “seis se puede” para apoyar al equipo. Esto último se repitió varias veces durante el encuentro.
El gol del América calmó por un momento los ánimos de la afición, pero fue el gol de Furch lo que reanimó los festejos alzando pañuelos verdes y blancos.
Por parte del América, solo un pequeño grupo de animadores se dio cita en el estadio, por lo que no podían hacerse escuchar.
La alegría era total cuando Santos ya ganaba 3-1 el partido. Celebraban y aplaudían cada acción de la escuadra lagunera. Incluso, un sector del público aprovechó la ocasión para abuchear a Agustín Marchesín.
La afición se le entregó a Djaniny Tavares al dejar el terreno de juego por Edwuin Cetré, minutos más tarde sería al mismo Cetré a quien festejarían por su anotación. Posterior al gol, la afición pedía el quinto, acompañado de gritos de “seis se puede”.
29,097 fue el número de espectadores que hicieron retumbar el Corona con sus festejos de gol.