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La triatleta Fátima Alanís consiguió recientemente el primer lugar del Campeonato Mundial en Australia y además se ganó su pase al Mundial del año que viene en Suiza al consagrarse en Acapulco.
Hasta hace muy poco Fátima no consideraba este deporte como una profesión, sino más bien como un hobbie, aunque siempre ha estado ligada al deporte por medio de la gimnasia y su gusto por correr.
“Este fue mi primer año haciendo este deporte más allá de un hobbie y fue mi primer triatlón en Veracruz donde quedé en quinto lugar y fue ahí cuando me di cuenta que podía llegar a un mundial. Y en noviembre del año pasado califiqué para el mundial del 2018”.
Su experiencia en el mundial de Australia le cambiaría el panorama sobre el triatlón, al conseguir ubicarse como una de las competidoras mexicanas más destacadas.
“Fui al mundial en Australia, competí en el triatlón, en la distancia en Sprint y olímpico. En Sprint Quedé como la primer mexicana, pero en décimo de mi categoría y en olímpico sí quedé en primer lugar y esa ha sido la mejor carrera de mi vida”.
Alanís admite que una de sus áreas de oportunidad es la natación, aunque con la ayuda de su entrenador y el apoyo de su familia ha ido mejorando en ese aspecto, al igual que en la mentalidad.
“No soy muy buena nadadora y en todos los triatlones siempre salgo atrás. Otro aspecto con el que batalla era la cabeza; me rendía muy rápido y era muy fácil para mí frustrarme en una carrera, pero poco a poco he ido mejorando eso”.
“En Acapulco salí muy atrás del agua, en la bici más o menos me fue y ya en la corrida pude llegar al primer lugar. Siempre ha sido la corrida lo que me salva”, prosiguió la atleta lagunera.
Para ella fue una experiencia satisfactoria conseguir el triunfo en Australia, sobre todo contar con el apoyo de su familia y del compromiso de representar a su país en el extranjero.
“Lloré, voltee a ver a mis papás que estaban ahí también llorando. Yo no me lo podía creer, hasta diez minutos después les preguntaba a mis papás si estaban seguros que yo había ganado. No me lo podía creer. Fue hasta el pódium cuando me dijeron que si estaba consciente de estar representando a mi país, casi lloré por eso”.
El siguiente objetivo de Fátima Alanís para cerrar el año es competir en Cancún el mes de noviembre y para el siguiente el evento en Suiza a finales de agosto, sin embargo su sueño es representar a México en unos Juegos Olímpicos.
“Mi meta a largo plazo es volverme profesional, poder dar las marcas mínimas y ser parte de selección nacional. Sería un sueño ir a Tokio 2020 aunque ahora no lo veo como algo realista, algún día claro que me encantaría ir a los Juegos Olímpicos”, finalizó.