Para los aficionados santistas no hay mal día para asistir al Estadio Corona a apoyar a los Guerreros, y más cuando se trata de Rayados de Monterrey, uno de los acérrimos rivales, al menos, por la región.
Horas antes del encuentro el clima en La Laguna amenazaba con un cielo nublado que anunciaba una posible lluvia, sin embargo, los aficionados cumplieron con su compromiso de llegar anticipadamente al estadio y para suerte de todos, las nubes se comenzaron a disipar.
Entre el calor húmedo y toda la oleada verde y blanca que comenzó a llenar sus asientos en el Corona se colaba un considerable número de aficionados del cuadro regiomontano. Para este partido no se registró ningún percance entre estas dos aficiones.
Desde el pitazo inicial, la parcialidad del estadio lucía llena, prueba de que ninguno de los presentes perdió detalle del gol de Julio Furch que ocurrió al primer minuto de juego. Anterior a esto, la afición desplegó un mosaico en forma de la camiseta Albiverde.
No tuvieron que esperar mucho para volver a vibrar al grito de gol, ya que cuatro minutos después los Guerreros volverían a anotar, provocando que se ondearan banderas y los aficionados se unieran en una voz.
Uno de los futbolistas rivales más castigado por la afición lagunera fue el mundialista Miguel Layún, a quién no pararon de abuchear cada vez que el veracruzano tocaba la pelota o participaba en alguna acción de peligro. Cuando el partido llegaba a la recta final y los Guerreros vencían por uno de diferencia, los 24,012 espectadores comenzaron a animar al equipo con aplausos y una porra al unísono. Posteriormente iluminaron las gradas logrando uno de los momentos más emotivos de la noche.