El atacante colombiano Cristian Dájome vive un repunte en el Torneo Apertura 2025, con tres goles que lo colocan como el cuarto máximo artillero del campeonato. Sin embargo, más allá de las cifras, persiste la pregunta: ¿es suficiente su aporte para un equipo que necesita mucho más de su ofensiva?
El delantero aseguró que está “contento porque le estoy aportando al grupo”, pero lo cierto es que Santos Laguna aún no logra estabilidad en el torneo. El brillo individual, aunque positivo, no ha evitado tropiezos colectivos.
Trabajo y exigencia
Dájome insiste en que su fortaleza está en el trabajo diario. “En el día a día siempre trabajo y me exijo al máximo”, comentó con confianza.
Pero en el futbol, la exigencia no siempre se traduce en resultados. Durante las primeras jornadas, el colombiano no logró reflejar en la cancha su esfuerzo, generando dudas sobre su capacidad de ser un referente ofensivo. Su buen momento reciente apenas empieza a equilibrar las críticas que se le hacían por falta de contundencia.
Constancia cuestionada
Aunque hoy presume confianza, no puede olvidarse que hasta hace poco el mismo jugador reconocía que “las cosas no me estaban saliendo”. La constancia, pieza clave en cualquier goleador, ha sido precisamente el punto débil en su trayectoria con Santos.
Tigres en el horizonte
Respecto al duelo contra Tigres, Dájome adoptó un discurso típico: “El futbol es 11 vs. 11”. Aunque suena bien, en la práctica Santos se ha mostrado frágil frente a rivales de peso, y las estadísticas lo confirman.
Tigres llega con plantel sólido y en buen momento, mientras que Santos depende de chispazos individuales más que de un sistema colectivo consolidado. El riesgo es claro: confiar demasiado en las frases motivacionales y no resolver las falencias de fondo.
El verdadero reto
Más que “saber dónde hacer daño”, como dice Dájome, Santos necesita orden táctico y mayor profundidad en la banca. Sin esos elementos, la brecha con Tigres será difícil de cerrar, por más que el colombiano insista en su esfuerzo personal.
La afición como escudo
El mensaje a la afición albiverde tampoco pasó desapercibido. “Nos gustaría que este sábado el Estadio Corona se vista de verde”, pidió el delantero.
El problema es que la comunión con la grada no se logra con declaraciones, sino con resultados. La afición de Santos es fiel, pero también crítica: sabe reconocer la entrega, pero exige victorias consistentes y no solo discursos de sacrificio.
Estadio Corona
El Corona es un escenario que impulsa, pero también presiona. Si el equipo no responde, el ánimo de la tribuna puede volverse en su contra. Dájome pide apoyo, pero deberá corresponder con goles decisivos, no solo con buenas intenciones.
Números engañosos
Los tres goles de Dájome son importantes, pero no garantizan regularidad. Santos necesita que su delantero no se quede en una racha pasajera. La ofensiva albiverde, que en otras temporadas tuvo referentes claros, hoy depende de un jugador que apenas empieza a recuperar confianza.
Estadísticamente, Dájome aparece en el top de goleadores, pero la diferencia con los líderes es amplia. El reto no es solo mantenerse, sino convertirse en un atacante confiable en cada jornada.
Preparación constante
El equipo entrenará este jueves en Territorio Santos Modelo, preparando detalles para enfrentar a Tigres. Se habla de trabajo físico y ajustes ofensivos, pero el debate sigue: ¿realmente el equipo ha mostrado progreso en la cancha?
La sensación es que Santos sigue atascado en un proceso de adaptación, donde brilla un partido y decepciona en el siguiente.
Liderazgo discutido
Aunque Dájome habla con seguridad y se perfila como voz dentro del vestidor, el liderazgo no se mide solo en entrevistas. La verdadera prueba será su capacidad de cargar al equipo en los momentos críticos.