El Congreso de Durango aprobó por unanimidad las reformas a los Códigos Civil y Penal del Estado para tipificar la violencia vicaria, una forma extrema de violencia de género que busca proteger de manera integral a mujeres, niñas, niños y adolescentes. Con esta decisión, Durango se suma al grupo de entidades que reconocen y sancionan esta conducta conforme a los estándares nacionales e internacionales.
Reforma con enfoque en la protección integral
El dictamen fue elaborado por la Comisión de Justicia, con base en cinco iniciativas impulsadas por los grupos parlamentarios del PRI, Morena y PAN. El presidente de la comisión, Otniel García Navarro, destacó que la reforma “cierra un vacío jurídico con una arquitectura normativa integral” que define la conducta, establece penas proporcionales, activa medidas de protección inmediatas y armoniza efectos civiles coherentes con el interés superior de la niñez.
El legislador morenista subrayó que “la Cuarta Transformación también se escribe protegiendo a las víctimas y a la niñez con leyes claras, ejecutables y humanas”. Añadió que la Comisión de Justicia, junto con la Fiscalía General del Estado, el Poder Judicial, el SIPINNA, el Instituto Estatal de las Mujeres y el DIF Estatal, trabajará en la creación de protocolos de actuación, capacitación y rutas de derivación para garantizar que la ley sea efectiva desde su entrada en vigor.
¿Qué es la violencia vicaria?
La violencia vicaria es una forma de violencia de género ejercida por la pareja o expareja, sin importar el vínculo jurídico o civil, con el propósito de causar daño o presión a la mujer mediante el uso de hijas o hijos. De acuerdo con la diputada Sughey Torres Rodríguez, del Grupo Parlamentario del PRI, este tipo de violencia “debe ser visibilizada porque utiliza a las hijas e hijos como instrumento para causar angustia, dolor y desesperación”.
Torres Rodríguez resaltó que la violencia vicaria “es la revancha más ruin y miserable que pueda existir” y urgió a que sea prevenida, detectada, atendida, sancionada y erradicada para proteger el bienestar emocional y psicológico de las víctimas.
Penas y sanciones establecidas
La reforma establece penas de uno a cinco años de prisión y multas de 36 a 288 UMA, además de que el delito será perseguido de oficio. También se contemplan consecuencias accesorias como:
Suspensión de la patria potestad o tutela.
Pérdida de derechos sucesorios respecto de las víctimas.
Obligación de someterse a tratamiento psicológico o reeducativo.
Estas sanciones se aplican sin perjuicio de otros delitos que pudieran concurrir en el mismo acto.
Alcances legales y sociales de la tipificación
Con esta tipificación de la violencia vicaria, Durango busca fortalecer su marco jurídico para combatir las violencias contra las mujeres y proteger el interés superior de la niñez. El delito se configura cuando una persona, valiéndose de hijas, hijos, familiares o personas bajo su cuidado o autoridad, realiza actos u omisiones con el objetivo de dañar o perjudicar a una mujer con la que mantiene o mantuvo una relación de matrimonio, unión civil o de hecho.
Esta definición armoniza con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que reconoce la violencia ejercida “a través de interpósita persona”, lo que garantiza una interpretación coherente y aplicable a nivel nacional.
Impacto social y compromiso institucional
La aprobación de esta reforma representa un avance histórico para Durango en materia de derechos humanos y equidad de género. Legisladores de distintas bancadas coincidieron en que la medida refuerza la protección jurídica y emocional de las víctimas y envía un mensaje claro: no habrá impunidad para quienes utilicen a los hijos como medio de venganza o control.
Con esta acción, el Congreso estatal busca erradicar prácticas normalizadas de violencia psicológica y emocional, reafirmando su compromiso con una justicia más humana y con la garantía del bienestar de las familias duranguenses.
