Arturo Gilio brilla en su tierra al indultar un toro en la Primera Corrida Villista

El matador Arturo Gilio triunfa en la Plaza de Toros Alberto Balderas de Ciudad Lerdo al indultar un toro en la Primera Corrida Villista.

El matador lagunero Arturo Gilio se convirtió en un verdadero profeta en su tierra al cosechar un gran triunfo en la Primera Corrida Villista, celebrada en la Plaza de Toros «Alberto Balderas» de Ciudad Lerdo. Al igual que su padre, matador retirado y ganadero, Arturo Gilio demostró su maestría al indultar un toro de la ganadería que lleva su nombre, cerrando la tarde con dos orejas en su primer toro y un fuerte aplauso del público lagunero.

La faena de Arturo Gilio: un indulto memorable

Primer toro de la tarde: D’ Guadiana

Arturo Gilio, quien actuó de segundo espada en la corrida, se enfrentó a un toro de la ganadería D’ Guadiana en su primer turno. Desde el inicio, mostró su clase y destreza con verónicas de rodillas y faena templada, destacando su dominio del lado derecho. Su ejecución fue limpia y precisa, culminando con una estocada que le otorgó dos orejas y la admiración del público. El público en los tendidos celebró la obra del torero, que continuó con un gran nivel de destreza en su siguiente faena.

El indulto histórico: Villista, de la ganadería Arturo Gilio

El momento cumbre de la tarde llegó cuando Gilio lidió a «Villista«, un toro de su propia ganadería, en su segundo turno. Este gran toro, con un peso de 502 kilos y marcado con el número 140, mostró gran presencia. Arturo Gilio toreó por ambos pitones con gran temple, destacando especialmente su faena por el pitón izquierdo, con naturales largos y sentidos que hicieron vibrar a los aficionados. Con una estocada efectiva, el juez no dudó en conceder el indulto, un momento histórico que se vivió con emoción en la plaza.

Octavio García «El Payo» no logra redondear su faena

La actuación de El Payo: fallas con la espada

En contraste con el triunfo de Arturo Gilio, su alternante Octavio García «El Payo» no logró concretar una faena completa. Aunque su primer toro, de la ganadería Boquilla del Carmen, ofreció una buena colaboración, el matador no pudo finalizar con éxito, debido a las fallas con la espada. A pesar de realizar una faena clásica, con toques de buen toreo, El Payo se fue sin trofeos de la plaza.

Segundo toro de El Payo: otra oportunidad fallida

En su segundo toro, un ejemplar de la ganadería Bernaldo de Quirós, El Payo también mostró su capacidad, pero de nuevo, la espada le jugó una mala pasada y no consiguió trofeos. A pesar de su esfuerzo, la faena no fue suficiente para asegurar un triunfo en suelo lagunero.

Una tarde llena de emoción y tradición

La plaza llena de aficionados

La Plaza de Toros «Alberto Balderas» lució un casi lleno, con el público entregado a los matadores en esta Primera Corrida Villista. En un ambiente agradable, los asistentes disfrutaron de una tarde de toreo de calidad. Los toros de diversas ganaderías, entre ellas D’ Guadiana y Arturo Gilio, ofrecieron un espectáculo de gran nivel, destacando la presencia de los toros de la casa.

La ganadería Arturo Gilio, protagonista del día

Entre los toros lidiados, los más destacados fueron el segundo de D’ Guadiana y el cuarto de la ganadería Arturo Gilio, que fue indultado por el propio matador. Octavio García «El Payo» no logró conquistar al público, pese a que su lote permitió cierta lucidez en sus faenas. El primero de Boquilla del Carmen y el tercero de Bernaldo de Quirós fueron los toros que le correspondieron, pero las fallas con el acero le impidieron sumar trofeos.

El legado de Arturo Gilio en su tierra

Una tradición familiar de toreros

Este gran triunfo de Arturo Gilio se suma a una larga tradición familiar, donde su padre, el matador en retiro y ganadero de la misma ganadería, ha sido un referente del toreo en la región. Gilio Jr. reafirma su lugar en la historia taurina de la Laguna, donde su nombre seguirá sonando fuerte en los años venideros.

Arturo Gilio: un referente en la tauromaquia

Arturo Gilio ha dejado una huella imborrable en la historia taurina de Ciudad Lerdo, logrando un indulto que será recordado como un momento histórico para el toreo en la región. Con una gran faena que lo elevó a los más altos niveles del toreo, Gilio demostró que, además de ser un torero de gran técnica, tiene el alma de un verdadero profeta en su tierra.

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