La iniciativa presentada por el diputado Iván Soto Mendía busca regular el uso de dispositivos digitales en la niñez con el propósito de proteger el bienestar emocional, físico y social de las niñas, niños y adolescentes ante la creciente sobreexposición a pantallas. La propuesta contempla reformas a la Ley para la Protección y Defensa de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado, impulsada desde el Grupo Parlamentario del PRI.
Una iniciativa para proteger la convivencia familiar
En su exposición de motivos, el diputado Soto Mendía enfatizó que la regulación no pretende prohibir el uso de la tecnología, sino orientar y acompañar su práctica cotidiana para asegurar que continúe siendo una herramienta positiva para el desarrollo.
La tecnología como aliada, no como obstáculo
El legislador señaló que la presencia constante de teléfonos, tabletas y computadoras se ha vuelto parte esencial de la vida diaria en hogares y escuelas. Aunque reconoció sus beneficios, advirtió sobre los efectos negativos del uso excesivo, especialmente en la convivencia familiar y el desarrollo emocional de la infancia.
Impactos visibles en el comportamiento infantil
Durante su intervención, destacó que la sobreexposición digital está reduciendo el tiempo de convivencia, las actividades al aire libre y los momentos de interacción genuina entre padres e hijos. Además, mencionó que cada vez es más frecuente observar síntomas como irritabilidad, falta de concentración, problemas de sueño, aislamiento y agresividad en menores, todos vinculados al uso prolongado de dispositivos electrónicos.
Consecuencias postpandemia en el uso de pantallas
El legislador recordó que durante la pandemia de COVID-19 la tecnología se convirtió en una herramienta indispensable para continuar con actividades educativas y laborales. Sin embargo, ese periodo dejó secuelas importantes relacionadas con la dependencia digital y los hábitos de consumo de contenido.
Datos internacionales que alertan sobre los riesgos
Soto Mendía citó datos de organismos internacionales que reflejan los efectos negativos del uso excesivo de pantallas en la población infantil.
UNESCO
Según la UNESCO, basta con tener un teléfono cerca para disminuir de manera notable la concentración de un estudiante. Un solo mensaje puede interrumpirlo hasta por veinte minutos.
Prueba PISA
La prueba PISA ha identificado que el uso excesivo de dispositivos está directamente relacionado con bajo rendimiento académico, evidenciando una afectación en los procesos de aprendizaje.
UNICEF
UNICEF advierte que pasar demasiado tiempo frente a una pantalla incrementa la ansiedad y la depresión, además de disminuir el bienestar emocional en niñas, niños y adolescentes.
Un uso desproporcionado entre menores
El diputado también señaló un estudio de la Dirección General de Estudios sobre Consumo que evidencia el nivel de acceso y uso de dispositivos digitales entre la niñez.
Cifras preocupantes
De acuerdo con dicho sondeo, el 81 por ciento de los niños entre 3 y 12 años utiliza un teléfono celular, el 57 por ciento una tableta y el 40 por ciento una consola de videojuegos. Asimismo, más del 59 por ciento pasa más de dos horas diarias frente a una pantalla.
Propiedad temprana de dispositivos
Lo más alarmante, destacó el legislador, es que en la mayoría de los casos estos dispositivos son de propiedad personal, lo que implica que los menores están creciendo en un entorno donde la tecnología ocupa un lugar predominante, incluso más que la convivencia con sus propias familias.
Una iniciativa con visión preventiva
La propuesta de Soto Mendía busca promover un uso responsable, consciente y equilibrado de la tecnología, colocando en el centro el bienestar de la niñez duranguense.
Fomentar un entorno saludable
Al regular el uso de dispositivos digitales en la niñez, se pretende motivar a las familias a recuperar espacios de convivencia, fortalecer los lazos afectivos y reducir los riesgos asociados al consumo digital sin supervisión.
Acompañamiento de padres y escuelas
El legislador destacó la importancia de que las madres, padres, docentes y autoridades educativas asuman un papel activo para orientar a niñas y niños hacia un uso adecuado de la tecnología, priorizando actividades formativas, recreativas y sociales que impulsen un desarrollo integral.
