Imagina que cada peso que se paga por contaminar se usara para plantar un árbol, limpiar un río o instalar un panel solar. Suena bien, ¿no? Pues esa es la idea central de una nueva propuesta que está sacudiendo el Congreso de Durango y que podría cambiar las reglas del juego para el medio ambiente.
La diputada Sandra Amaya Rosales acaba de poner sobre la mesa una iniciativa para reformar la Ley de Hacienda del Estado. ¿El objetivo? Que los llamados impuestos ecológicos dejen de ser solo un número en las arcas del gobierno y se conviertan en una herramienta real de justicia ambiental.
En pocas palabras: quien contamina, paga, y ese dinero se usa, sí o sí, para curar las heridas de nuestro planeta. ¡Un ciclo perfecto!
No Es Otro Impuesto
Antes de que pongas el grito en el cielo pensando «¡más impuestos!», la diputada Amaya fue muy clara en este punto. La idea no es sacarle más dinero a la gente o a las empresas solo porque sí.
“Los impuestos ecológicos no deben verse como una carga fiscal, sino como un deber compartido para recuperar lo dañado”, afirmó. Es una forma de corresponsabilidad. Si las actividades económicas generan un impacto, lo justo es que contribuyan a repararlo. Se trata de equilibrar la balanza y asegurar que el desarrollo no nos cueste el planeta.
A Dónde Iría Tu Dinero
Ok, la idea suena genial, pero la pregunta del millón es: ¿exactamente a dónde iría a parar ese dinero? La propuesta de reforma es súper específica para evitar que los fondos se desvíen o terminen en el limbo de la burocracia.
El plan es blindar estos recursos para que se destinen exclusivamente a proyectos con impacto directo en el medio ambiente de Durango.
Acciones Concretas
Aquí te desglosamos el «menú» de opciones en las que se invertiría el dinero recaudado:
- Prevención y Combate a la Contaminación: Dinero para tecnología y programas que eviten que la contaminación siquiera ocurra. 
- Restauración de Ecosistemas: Invertir en recuperar nuestros bosques, ríos y lagunas que han sido dañados. 
- Saneamiento de Suelos y Aguas: ¡Adiós a los terrenos y ríos contaminados! Fondos para limpiarlos y devolverles la vida. 
- Infraestructura Verde y Energías Limpias: Apoyo para proyectos de paneles solares, energía eólica y construcción de ciudades más amigables con la naturaleza. 
- Programas de Reforestación: ¡Más árboles para Durango! Campañas masivas para repoblar nuestras zonas verdes y mejorar la calidad del aire. 
- Fortalecimiento Institucional: Dotar de más herramientas y presupuesto a la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente para que puedan hacer mejor su trabajo de vigilancia y protección. 
Cuentas Claras
Una de las joyas de esta propuesta es el énfasis en la transparencia. Se busca establecer mecanismos claros de rendición de cuentas para que cualquier ciudadano pueda ver en qué se gastó cada peso.
El objetivo es que la gente tenga la certeza de que su contribución (o la de las empresas) se está traduciendo en beneficios tangibles: aire más puro para sus hijos, agua segura para beber y paisajes naturales recuperados. Se acabaron las cajas negras; la idea es tener una ventana de cristal hacia el uso de estos fondos.
¿Por Qué Es Justicia Ambiental?
Aquí es donde la propuesta se pone aún más interesante. La diputada Amaya, integrante de la Coalición Parlamentaria de la Cuarta Transformación, conectó los puntos entre el medio ambiente y la justicia social.
A menudo, las comunidades más pobres y vulnerables son las que viven cerca de los vertederos, las fábricas o las zonas con peor calidad del aire. Irónicamente, son quienes menos contaminan, pero quienes más sufren las consecuencias de la degradación ambiental.
La justicia ambiental busca corregir este desequilibrio. Al invertir los impuestos ecológicos en restaurar estas zonas afectadas, se está haciendo justicia a las personas que han cargado con el peso de la contaminación durante años. Es reconocer que un entorno sano no es un lujo, sino un derecho humano fundamental.
El Reto en Durango
No podemos tapar el sol con un dedo. Durango enfrenta desafíos ambientales serios y urgentes. Esta iniciativa no nace de la nada, sino de una realidad que nos afecta a todos.
Focos Rojos
- Emisiones Contaminantes: La industria y el parque vehicular generan contaminantes que afectan la calidad del aire que respiramos, especialmente en las zonas urbanas. 
- Vertederos a Tope: Muchos rellenos sanitarios en el estado han superado su capacidad, convirtiéndose en focos de contaminación para el suelo y el agua. 
- Pérdida de Biodiversidad: La deforestación y la contaminación amenazan a las especies de flora y fauna que hacen de Durango un estado megadiverso. 
- Crisis de Calidad del Aire: Hemos tenido episodios críticos donde se recomienda a la población no salir de casa. Esto afecta principalmente a niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias. 
Esta propuesta busca ser un salvavidas, una herramienta financiera para empezar a atacar estos problemas de raíz y construir un Durango más verde y saludable para las futuras generaciones.
 
								 
 
 
 
 
 
