Nueva batalla contra el ruido
En medio del bullicio de las ciudades, donde el claxon de los autos se mezcla con la música a todo volumen y el trajín de la vida diaria, una nueva propuesta legislativa ha encendido el debate en Durango: bajarle al ruido. El diputado Noel Fernández, del PRI, ha lanzado una iniciativa que podría cambiar el ambiente sonoro en las zonas residenciales del estado.
La propuesta no es menor. Se trata de una reforma a la Ley de Gestión Ambiental Sustentable para el Estado de Durango, con el objetivo de homologar los límites máximos de ruido establecidos por la Norma Oficial Mexicana NOM-081-ECOL-1994, actualizada en 2013.
Pero ¿por qué es tan importante el ruido? ¿Qué efectos tiene realmente? ¿Y cómo podría afectar esta reforma a quienes viven en fraccionamientos, condominios o barrios? Aquí te lo contamos todo.
Límite de decibeles
¿Qué propone la reforma?
La propuesta del diputado Fernández busca establecer límites claros y obligatorios de contaminación por ruido para zonas residenciales, tomando como referencia la normativa federal. La NOM-081-ECOL-1994 indica lo siguiente:
De 6:00 a 22:00 horas, el límite máximo permisible es de 55 decibeles.
De 22:00 a 6:00 horas, el límite desciende a 50 decibeles.
Estos niveles están pensados para proteger la tranquilidad de quienes descansan, estudian o trabajan desde casa, y para prevenir conflictos vecinales.
Ruidos que incomodan
Problemas entre vecinos
Los vecinos ruidosos son, sin duda, uno de los principales generadores de conflictos en cualquier comunidad. Ya sea por música a todo volumen, fiestas interminables o el uso inadecuado de instrumentos musicales dentro del hogar, los casos son innumerables.
Muchas veces, en fraccionamientos y departamentos, apenas una delgada pared separa un hogar del otro, lo que convierte cualquier sonido en una molestia compartida. Este tipo de ruido persistente no solo altera la convivencia, sino que puede provocar disputas, reportes a las autoridades e incluso demandas.
No solo los vecinos
Ruido urbano e industrial
La propuesta de reforma no solo piensa en los problemas entre particulares. También contempla el ruido ambiental proveniente del transporte, la construcción, la urbanización acelerada y las industrias.
Durango, como muchas otras ciudades, enfrenta niveles altos de contaminación auditiva por:
Tráfico vehicular
Obras públicas y privadas
Crecimiento poblacional
Actividades industriales
Este tipo de ruido rompe con el equilibrio del entorno, afecta la salud mental y física, y eleva el nivel de estrés en la población.
Impacto en la salud
Mucho más que molestia
Lo que muchos ignoran es que el ruido constante, incluso a niveles moderados, puede afectar gravemente la salud. La exposición prolongada puede causar:
Pérdida auditiva
Enfermedades cardiovasculares
Trastornos del sueño
Problemas de concentración
Deterioro del aprendizaje
Los primeros estudios sobre los efectos del ruido surgieron en el ámbito laboral, al detectarse una alta incidencia de sordera y deterioro del lenguaje entre trabajadores expuestos a entornos ruidosos. Pero hoy se sabe que el problema va más allá del trabajo.
Derecho al silencio
Fundamento constitucional
La propuesta se ampara en el artículo 26 de la Carta Magna Estatal, que otorga a todas las personas el derecho a un ambiente adecuado para su desarrollo. Ese derecho incluye, por supuesto, el acceso a un entorno libre de ruido excesivo.
En ese sentido, la contaminación acústica se reconoce como un tipo de daño ambiental, al mismo nivel que la contaminación del agua, del aire o del suelo.
Sanciones por exceso
Consecuencias legales
Una de las partes más relevantes de la iniciativa es la aplicación de sanciones para quienes incumplan con los límites establecidos.
Según el artículo 99 Ter de la Ley de Gestión Ambiental Sustentable de Durango, las sanciones pueden ir desde:
Un apercibimiento
Hasta multas que oscilan entre 100 y 20,000 UMAs
Trabajo comunitario
E incluso arresto por hasta 36 horas
Estas medidas buscan desalentar conductas que generen contaminación por ruido, ya sea en entornos domésticos, comerciales o públicos.
Empatía y convivencia
Más allá de la ley
Aunque la ley puede establecer límites y sanciones, la clave está en la empatía. Comprender que nuestras acciones —o el volumen de nuestra música— pueden afectar a los demás es fundamental para una convivencia armónica.
No se trata de prohibir la diversión o las celebraciones, sino de buscar el equilibrio entre los derechos de cada persona. Si el ruido es ocasional, comprensible y justificado, es probable que los vecinos no se molesten. Pero si es constante, injustificado y a horas inapropiadas, debe actuarse con responsabilidad.