Santos Laguna recibió a los Rayados de Monterrey en el Estadio Corona, un partido especial por la “rivalidad” que existe entre ambas regiones. Desde horas antes que comenzara el encuentro la afición de las dos escuadras ya se hacía presente en la explanada del TSM.
Los rayos del sol no eran tan intensos, lo que brindó un clima agradable para la convivencia familiar en el estadio. La afición recibió al equipo de la comarca de pie, entre aplausos y coreando el nombre del equipo.
Asimismo abucheó al visitante, aunque la porra regia también se hizo escuchar en apoyo a sus jugadores.
El gol de Rayados cayó a los 2 minutos y los aficionados de los guerreros respondieron de nueva cuenta coreando al unísono el nombre de Santos en su intento por ahogar la ovación de la porra de Rayados. A los 5 minutos el estadio ya se percibía lleno y metido en el encuentro.
Fueron pocos los momentos en donde los espectadores estuvieron en silencio, ya que reclamaban cualquier decisión arbitral que no les favorecía y las aproximaciones del equipo de Monterrey. Fue al minuto 27 cuando estallaron en júbilo debido al gol de Jonathan "Cabecita" Rodríguez.
De nueva cuenta la afición tuvo la oportunidad de gritar un gol de los guerreros al minuto 40, gracias Julio Furch.
Cinco minutos después empezaron con el clásico “ole”, imponiendo autoridad en la cancha y en la tribuna.
Al arranque del segundo tiempo, los Guerreros marcaron de nueva cuenta y su afición les respondió enérgicamente, lo que dio pie a los cánticos por parte de todos los espectadores laguneros durante unos minutos.
Ya con un dominio en el terreno de juego, también en la tribuna se pudo ver una ola a lo largo y ancho del estadio, aunque a los 70 minutos, los presentes rayados pudieron celebrar la anotación por la vía del penal de la pandilla.
La afición se encontraba en una fiesta al término del encuentro, aplaudiendo y gritando de felicidad mientras el cielo se iluminaba por la pirotecnia de la victoria guerrera. El equipo agradeció su entrega devolviéndoles un aplauso en el centro del campo.
Los 27,311 asistentes que conforman a la afición lagunera parecieron no extrañar al goleador Djaniny Tavares, pues Jonathan Rodríguez Y Julio César Furch se encargaron de brindarles la máxima emoción del fútbol.