La felicidad volvió a los aficionados santistas, luego de que sus Guerreros derrotaran un gol por cero a Querétaro.
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La hora del encuentro se llegaba, las inmediaciones del TSM lucían vacías, el aficionado que llegaba, se presentaba con cierta incertidumbre al no saber lo que podría pasar con su equipo. Entre carne asada y sonrisas, el respetable empezaba a tomar acceso hacia la grada.
El silbatazo inicial llegó, la grada se sentía fría, con un partido que no acompañaba. El primer lapso pasó con más pena que gloria y el respetable sentía que el encuentro se esfumaba. El juez central dictaminó el final del primer tiempo, al mismo tiempo que los santistas abuchearon el accionar de su equipo.
En el entretiempo se llevó a cabo la dinámica donde varios aficionados competían en una carrera de pelotas, por un par de boletos para el siguiente encuentro.
La parte complementaria se ponía en marcha, el conjunto santista empezó a imprimir más intensidad sobre el terreno de juego, esfuerzo que la afición reconocía, coreando cantos hacia el club. El estallido se dio al momento en que Djaniny Tavares adelantó a los locales con un gol de gran manufactura, el júbilo en las tribunas se hacía cada vez más fuerte, impulsando a sus Guerreros hacia el triunfo.
Para los minutos finales del encuentro, se sentía un ambiente tenso, los santistas creían que la historia se volvería a repetir, pero el conjunto lagunero logró sacar el resultado, situación que dejó contenta a toda la afición del Santos, quienes al principio no sabían con seguridad lo que podía ocurrir. Pero terminaron por corear el "olé olé olé, Santos Santos".
La cifra oficial fue de 20,620 aficionados.