Emotiva e inolvidable tarde en la Plaza México, con la despedida del Maestro Zotoluco y gran actuación de Enrique Ponce.
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Hoy se rompió el dicho de "corrida de expectación; corrida de decepción"... Porque se ha vivido en la plaza de toros México, una tarde realmente inolvidable.. Había muchos argumentos para que pasaran muchas cosas; la despedida del Maestro Zotoluco, el regreso de Enrique Ponce a la México, la presentación en el serial de la ganadería de Fernando de la Mora, entro otros.
Con esos argumentos se fueron desgranando un montón de emociones que hicieron un evento para el recuerdo.
Se fue definitivamente de los toros Eulalio López "El Zotoluco" y lo hizo cortando la oreja de su segundo y demostrando con los otros dos que se ha ido en el mejor momento de su carrera.
Dio una lección de maestría entendiendo totalmente a sus toros, El primero era un toro muy gordo y se paró pronto, pero eso no privó al Maestro de sacarle muletazos por ambos pitones.
En su segundo volvió a estructurar otra faena de muchísimo mérito a un toro que fue agradecido por el trato de su muleta. Lo mató de manera soberbia en todo lo alto y hasta la empuñadura, y a sus manos fue a dar la oreja.
En el de la despedida estaban puestas todas las ilusiones, y al principio parecía que se iba a cristalizar después de tres tandas excelentes de muletazos, la banda de Música entonó las Golondrinas y el ambiente se puso al rojo vivo, pero el toro se fue a refugiar a las tablas y no quiso embestir más. Desilusionando a todos. Media estocada parecía suficiente, pero el toro no se entregó y tuvo que usar el descabello en varias ocasiones esfumándose la posibilidad de cortar la oreja.
Dio una vuelta al ruedo después de que sus hijos Álvaro Y José María le cortaron la coleta, acompañados de un grupo de niños ciegos de su Fundación y un mariachi al son de las golondrinas. La gente le despidió con el grito de torero.!! torero.!! Y al recibir la ovación final volaron palomas que soltaron los niños en señal del final de su carrera.
Más emotivo y sentido reconocimiento no pudo haber para reconocerle más de treinta años de trayectoria y más de 1200 corridas toreadas.
Enrique Ponce ha estado sublime, es un torero que hoy, no ha encontrado su límite de artista consumado.
Verdaderamente ha bordado el toreo con hilo de oro, dos orejas de su primero por una gran faena a un toro de arrastre lento.
Pero en su segundo ha conseguido una faena que contuvo muletazos extraordinarios, por la dimensión, la profundidad, el gusto y significativamente por una lentitud en el que hizo parar el tiempo.
Se gustó como nunca, se relajó, y se le vio como un torero fuera de serie. Cuando tenía el rabo en la mano, se dio a pinchar hasta escuchar dos avisos. A nadie le importó.. Dio una vuelta clamorosa devolviendo prendas, con la gente entregada.
Su tercero no quiso, pero él sí. No llegaron las cosas a las alturas anteriores pero volvió a decir que quería que está fuera una de sus mejores tardes en la capital. Estocada desprendida y tardó en doblar el toro.
Al final del festejo, la gente se volcó en el ruedo y sacaron en hombros a los dos toreros, hasta la calle, con gritos de Toreros..!! Toreros..!!
La ganadería de Fernando De La Mora, merece un reconocimiento especial, por la presentación impecable de la corrida, y por el juego del segundo de arrastre lento, la entrega y humillación del cuarto. El resto se dejaron a excepción del quinto y sexto.
Y el mejor reconocimiento a un público extraordinario que ha hecho un lleno en toros los tendidos numerados, siendo, hoy por hoy, la mejor entrada de toda la temporada.